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lunes, 11 de agosto de 2014

Mamá

No sé qué le pasa a mamá, no está nunca en casa. Yo solo tengo dos años y apenas sé hablar. Papá poco puede hacer si el día que nací optó por emborracharse y matarse contra un tráiler. Ella está enferma. Cada día toma esa medicina que el hombre calvo le trae cuando no está la abuela. Ella le paga con sus joyas. Ahora hace un par de días que no la toma. No está contenta, creo que he hecho algo malo. Sin duda debe ser eso. Me ha puesto un saco blanco en la cabeza. Siento como nos movemos. Vamos en coche. Ya hemos llegado. Mamá me quita el saco. Aquí está el hombre calvo. Sonríe. Le da a mamá la medicina. Ella se marcha. Mamá ¿A dónde vas? No me dejes sola. Adiós, mamá.

miércoles, 7 de mayo de 2014

Reflexión III

Tengo más de 500 amigos. Aún así estoy solo. Hablo con todos ellos cada día y, sin embargo, ninguno me conoce realmente. Levanta la vista. El problema está entre mirar a los ojos o mirar un nombre en una pantalla. Porque al volver a mirar a mi alrededor me doy cuenta de que este medio al que llamamos “social” no es nada, excepto cuando encendemos nuestros ordenadores y con eso cerramos nuestras puertas. Toda esta tecnología que tenemos es solo una ilusión. La comunidad, la compañía y el sentido de la inclusión, y aún cuando dejas este dispositivo de ilusión te despiertas para ver un mundo de confusión. Un mundo en el que somos esclavos de la tecnología que dominamos, donde la información es vendida por algún rico y codicioso bastardo. Un mundo de interés propio, de imagen propia, de promoción propia. Donde compartimos las mejores partes, pero dejamos fuera la emoción. Somos felices cuando compartimos una experiencia. Pero ¿Es lo mismo si nadie está ahí? Está ahí para tus amigos y ellos estarán ahí para ti. Pero no habrá nadie en un grupo de WhatsApp. Editamos y exageramos, imploramos atención, pero pretendemos no notar la aislación social. Ponemos las palabras en orden hasta que nuestras vidas brillen. Pero sabemos que si alguien está escuchando estar solo no es el problema. Podemos enfatizar, leer, pintar algo o hacer ejercicio, es ahí cuando estamos siendo productivos y presentes, sin reservas o reparos. Está siendo despierto, atento y le das buen uso a tu tiempo. Así que cuando  estás en público y empiezas a sentirte solo. Pon tus manos detrás de tu cabeza y deja el teléfono a un lado. No necesitas mirar el menú o la lista de contactos, solo hablad unos con otros, aprended a coexistir. No puedo soportar el silencio en un tren lleno, donde nadie quiere hablar por el miedo a parecer loco. Nos estamos volviendo antisociales que no pueden encontrar satisfacción en mirarnos los unos a los otros y mirar a los ojos de alguien. Estamos rodeados de niños que, desde que nacieron, nos han visto vivir como robots y pensar que es la norma. No es probable que seas el mejor padre del mundo si no puedes entretener a tu hijo sin un iPad. Antes, los niños nunca estaban en casa, estaban fuera con sus amigos y sus bicicletas, dándole uso a sus zapatillas y pelándose las rodillas, construyendo una casa en lo alto de un árbol. Ahora los parques están callados, eso me da un escalofrío, el hecho de no ver niños fuera y los columpios ahí quietos.  No hay salto a la cuerda, rayuela, no hay juegos ni carreras. Somos una generación de idiotas, de teléfonos inteligentes y gente tonta. Así que levanta la mirada y apaga la pantalla. Aprovecha los alrededores y haz todo lo que puedas en tu día. Solo una conexión real es lo que necesitas, para que veas, la diferencia que puede marcar el simple hecho de estar ahí. Estar en el momento en el que ella te de esa mirada, que recordarás para siempre porque es cuando te enamoraste. La primera vez que le tomes la mano. El primer beso. La primera discusión, pero que amarás más que a tu vida. El momento en el que no tendrás que twittear lo que has hecho, porque solo querrás compartirlo con esa persona. Cuando vendas tu ordenador para comprarle un anillo a la chica de tus sueños, que ahora es tu realidad. El momento en el que querrás formar una familia. Y el momento en el que tomarás en brazos a tu primera hija, y te volverás a enamorar de nuevo. Las veces que te mantendrá despierto por la noche y lo único que querrás es descansar. Cuando te seques las lágrimas al irse tu “pequeño bebé” del nido. Y cuando vuelva a casa con un niño que puedes sostener y cuando te diga “abuelo” y te haga sentir realmente viejo. El momento en el que revisarás todo lo que has hecho, solo por prestarle atención a la vida y lo contento que estás de no haberla desperdiciado mirando abajo a un invento. El momento en el que tomarás la mano de tu esposa, sentado al lado de su cama, diciéndole que la amas y            besando su frente. Ella te susurrará suavemente, cuando su corazón dé el último latido, que tuvo suerte de que la parase ese chico perdido en la calle en lugar de mirar la dirección en el GoogleMaps. Pero puedes tener por seguro, que nada de esto ocurrirá, no tendrás nada de esto, si estás tan ocupado mirando hacia abajo. No ves las oportunidades que pierdes. Así que levanta la vista de tu teléfono, apaga la pantalla. Tenemos una existencia finita, unos días contados. No malgastes tu vida siendo atrapado por una red, ya que cuando llegue el final, no hay nada peor que el arrepentimiento.
Yo también soy culpable de ser parte de esta máquina. Este mundo en el que somos escuchados pero no vistos, en el que escribimos mientras hablamos y leemos cuando chateamos. Un mundo en el que pasamos horas juntos, sin hacer contacto visual. No te entregues a una vida en que sigas el camino de la masa, dale a la gente tu amor, no un “Me Gusta”. Desconéctate de la necesidad de ser escuchado y definido. Sal a conocer el mundo. Deja atrás las distracciones. Levanta la vista del teléfono u ordenador. Apaga la pantalla. Deja de leer esto. Y vive la vida de la forma real


martes, 25 de marzo de 2014

Bioshock Infinite (Parte 11)

Adormecido en el suelo, Booker pudo ver como Elisabeth manipulaba el panel de mandos (cambiando las coordenadas que él había marcado) y huía por la puerta del dirigible. También vio a un hombre de raza negra pasearse por la cabina, el cual al verle tumbado en el suelo le asestó un puñetazo para dejarlo inconsciente.
Despertó unas horas después en la puerta abierta de la nave. Estaba sobrevolando una inmensa góndola aérea en la cual había unos prisioneros negros picando mientras un Handyman los vigilaba, éste le dirigió una mirada de sorpresa pero no hizo nada.

-Daisy, el aire fresco ha funcionado. Éste está despierto.-escuchó detrás de él.

Se reincorporó girándose para ver quien hablaba. Se trataba del hombre que le había pegado, pero con un gesto más amable. DeWitt intentó armarse, pero debido a su mareo estuvo a punto de caer al vacío de no ser porque su agresor lo agarró de la camisa.

-Así que tú eres ese falso pastor sobre el que tanto hemos oído estos días-dijo una mujer sentada en el dirigible entre dos camillas- Armaste un gran revuelo en la rifa.

-¿Eres Filroy?- preguntó a la chica de raza negra, la cual aparentaba unos veinte años.

-La misma.

-No tengo nada contra ti ni contra Vox Populi. Pero este dirigible del que me tienes colgado es mío, y me hace mucha falta.

-¿En serio? Porque a mí, sin duda, me parece el dirigible de Comstock.

-Mira… No estoy buscando pelea.

-Ya hay una pelea, DeWitt. La pregunta es ¿De qué parte estás tú? Comstock es el Dios del hombre blanco, del rico, del despiadado. Pero si crees en la gente corriente, únete a los Vox. Si crees en la gente honrada, únete a los Vox…

-Solo quiero el dirigible- interrumpió.

-Y los Vox te lo darán, pero antes tienes que ayudarnos. Hay un armero de Finkton que puede suministrar armas a nuestra causa. Consíguenos esas armas, y te devolveremos tu dirigible.-ordenó dándole una pequeña tarjeta.

Acto seguido, el hombre le asestó una patada en el pechó lanzándolo fuera del dirigible. Booker gritó, pero fue interrumpido por su leve colisión contra el suelo.

-Más me vale encontrar a Elisabeth antes de que se vaya.

Delante suyo se erguía una enorme puerta, seguramente llevaría al puerto, la única forma de huir de Columbia. Así que la abrió despacio mientras escuchaba la voz de un capitán gritando.

-Largo de aquí, granuja. Seguramente no quieres saber lo que hacemos con las polizonas bonitas.

Cuando acabó de abrir la puerta se encontró a la chica reincorporándose de la caída del barco. Pero cuando ella notó su presencia se levantó rápido y salió corriendo.

-¡Oye! ¡Espera un momento!

-¡Apártate! ¡No te acerques!

Ella huía cada vez más rápido, mientras Booker lo hacía a duras penas debido a su caída del dirigible. Pero cuado lograba acercarse lo suficiente a ella como para detenerla con Caballo Salvaje, el vigorizador que levantaba a los enemigos por los aires, ella abría un desgarro y de ellos salían desde trenes a comparsas de músicos que impedían el paso a DeWitt o que detenían, con sus consecuencias, el golpe del vigorizador. Por último abrió un desgarro delante de ella en el cual se veían dos soldados de Comstock y se dispuso a entrar.

-¡No! ¡No entres ahí!

La chica saltó hacia el portal y fue apresada por ambos soldados. Justo cuando Booker iba a entrar se cerró. Pero parecía ser que llevaba a alguna parte de ese edificio, porque por la megafonía comenzaron a dar órdenes de llevarla hasta la azotea para que un Handyman se la llevase a la estatua de vuelta. Entonces la vio, en una ventana, intentando librarse de la guardia de Comstock. DeWitt, desesperado comenzó a abrir cajas de armamento. Había de todo, incluso armas que él no había visto en su vida. Entonces lo encontró, un francotirador. Lo levantó, comprobó la munición y apuntando rápido asestó un tiro en la cabeza a uno de los soldados que retenían a Elisabeth. Subió a un raíl y apuntando con una sola mano le voló los sesos al otro guardia. Cuando pasó por la ventana saltó dentro clavándose algunos cristales en el cuerpo.

-¡No pienso ir contigo!- anunció ella abriendo otro desgarro que contenía un ascensor. Entró y bajó rápidamente.

Él volvió a saltar a los raíles ignorando los disparos de los soldados que eran detenidos por el campo magnético. Cuando llegó al piso de abajo se encontró a Elisabeth completamente inmóvil y con cara de preocupación con sus ojos clavados en él.

-Bo-bo-booker…

Rápidamente se giró, pero no le dio tiempo a hacer nada. Un Handyman le asestó un puñetazo con su brazo metálico. Lo agarró de la camisa e impulsándose arrojó a Booker hacia una góndola aérea que había sobrevolando el vacío. Él se reincorporó rápido y se desató el francotirador de la espalda. Apuntó rápidamente al pecho del monstruo, pero éste fue más ágil y le arrojó una caja, la cual le golpeó fuertemente y lo desestabilizó para que cayese al vacío. Ahí fue cuando se dio cuenta que todo estaba perdido, no veía la caída, no había fondo. Se preguntó qué ciudad estaría sobrevolando Columbia en ese momento. Pero entonces, de la nada, apareció un dirigible que frenó su caída. Estaba claro, había sido un desgarro. Entonces, impulsado con Caballo Salvaje se lanzó hacia “tierra firme”. Agarró del suelo una escopeta de cañón ancho (fruto de las cajas que había roto el Handyman) y se encaró hacia el corazón descubierto de la bestia. Y en el momento en el que ésta iba a darle un puñetazo apretó el gatillo y reventó el cristal protector. Sin detenerse rozó la palma de su mano con el dedo corazón y lanzó un rayo de Jinete Eléctrico hacia la máquina, la cual soltó un enorme chispazo y cayó convulsionando en el suelo.
Cansado, se dirigió a Elisabeth, que miraba asustada.

-Gracias, me has salvado la vida.

-Yo te salvo la tuya, tú me perdonas la mía.

Él esbozó una sonrisa cómplice.

-Verás, no es tan fácil… He hecho un trato para recuperar el dirigible.

-¿Puedes sacarnos de aquí?

-Sí, solo necesito suficientes armas como para armar una sublevación del Vox Populi.

-¿Y de dónde sacaremos esas armas? ¿De uno de tus numerosos amigos y aliados? –preguntó sarcásticamente.

-De un armero de Finkton, debería ser pan comido ¿Qué me dices? ¿Socios?

-Eres un mentiroso… Y un matón… Pero también eres mi única forma de llegar a París.

El polígono industrial se hallaba al lado del puerto debido el difícil transporte de la ciudad. Así que, con ayuda de Beso del Diablo, se metieron por la puerta principal a la mansión Finkton., cuyo dueño fue víctima de los efectos de Posesión y se marchó a sentarse al sofá de nuevo.
Llegaron a un gran salón lleno de taquillas lujosas que debían ser para los trabajadores más honorados.

-Booker, esta es la taquilla de Slate, debía trabajar aquí. – anunció Elisabeth mirando unos folios que había dentro- ¿Qué? Es el diario de mi madre ¿Por qué lo tendría Slate? “Mi marido afirma que la niña fue enteramente creada por voluntad divina. Soy creyente pero no estúpida. Su… bastarda… no se criará bajo mi techo.” Mi madre, ella fue la que me encerró en la torre.

-Elisabeth…

-Tan solo quiero salir de esta ciudad. Por favor.

Subieron a un ascensor que había al lado de las taquillas y dentro de éste comenzó a sonar un mensaje publicitario de Finkton.

-Me llamo Jeremiah Fink, y quiero compartir contigo mi credo personal ¿Cuál es la criatura más admirable sobre la faz de la Tierra? ¡Pues la abeja! ¿Alguna vez has visto una abeja de vacaciones? ¿Alguna vez has visto a una abeja cogerse una baja? La respuesta, amigo ¡Es no! Así que yo te digo ¡Sé como la abeja! ¡Sé la abeja!

El elevador se detuvo y el telefonillo que había dentro comenzó a sonar. Elisabeth y Booker se miraron extrañados y él apretó el botón para contestar.
-Emmm… ¿Hola?

-¿Señor DeWitt?- preguntó una voz femenina.

-Supongo que sí.

-Le pasaré con el señor Fink.

-¿Qué pasa?- preguntó Elisabeth.

-¿DeWitt? Aquí Fink. Escúchame, te hemos estado observando y permíteme decirte que ahora mismo eres nuestro principal candidato ¡El principal! Mi colega el Señor Flambeau, te ayudará en lo que necesites.

-¿Pero este hombre no estaba bajo Posesión?- susurró la chica.

-Sí, pero si no me mantengo cerca se acaba y vuelve a la normalidad. Normalmente, si me quedo, acaban pegándose un tiro o algo así.

-Pues parece extrañamente encantado de conocerte.

El ascensor prosiguió su descenso. Pasó por una ventana, desde la cual podía verse una enorme estatua dorada del señor Fink.

-Menudo ego tiene el tío- comentó ella.

La publicidad comenzó a sonar otra vez, ahora acompañada de vistas de la fábrica por dentro, donde podían verse trabajadores en pésimas condiciones.

-Hay quien me dice, Fink ¿Por qué nos pagan en fichas que son solo válidas en tiendas de la compañía? Pues te diré “Que me aspen si voy a permitir que a cualquiera de vosotros os estafen en alguna tienducha dudosa.” Verás, la tienda Fink te ofrece productos Fink, a un precio pensado específicamente para el obrero de Fink.

El ascensor se detuvo en un piso en el que le esperaba un trajeado caballero.

-Bienvenido señor DeWitt. En esta mesa encontrará objetos que le pueden ser útiles durante su estancia.

-¿Qué quiere Fink de nosotros?- preguntó la chica.

-Disculpa, el interés del señor Fink se limita estrictamente al caballero.

-Pero ¿Por qué?

-Lo siento, pero cualquier pregunta  relativa a la solicitud del caballero deberá formularse directamente formularse directamente al Señor Fink.


Entonces se marchó, apretando por el camino una palanca que abría una enorme puerta detrás de donde él estaba antes.

jueves, 6 de marzo de 2014

Bioshock Infinite (Parte 10)

Elisabeth no hizo comentario sobre ello, creando así un silencio incómodo. Continuaron su caminata hacia un ascensor que había en la misma plaza. No sabían a donde iba, pero no tenían otra salida. Booker pulsó el botón con su mano vendada, a penas le dolía, estaba acostumbrado a aguantar el dolor.

-Me parece que no entiendo muy bien como… haces lo que haces. Esos desgarros.

-Siempre lo he visto como puertas. Cuando era más joven no solo abría los que me encontraba. Recuerdo crearlos.

-¿Crearlos?

-Recuerdo ir adonde me apetecía, pero siempre quería volver…

-¿Dónde?

-No lo sé ¿Con mi familia?

-Ah… ¿Cómo haces eso? Sea lo que sea.

-¿Recuerdas que dije que he tenido mucho tiempo para leer? Pues intenté descubrirlo. He leído libros de física y temas así.

-¿Sí? ¿Y qué aprendiste de ellos?

-Que entre lo que vemos y lo que es media un mundo de diferencia.

No dijo más, continuó andando hacia la máquina que requería Jinete Eléctrico. N            ada más llegar, Booker se equipó con el vigorizador que empezó a lanzar rayos a todas las superficies de metal. Agarró la palanca y estiró de ella. Un mecanismo se accionó y de unos raíles comenzó a bajar una cabina, y mientras descendía comenzaron a sonar los altavoces de la ciudad.

-¡Te abandonará, mi dulce Elisabeth!- gritó Comstock- Cuando tenga lo que necesita te dejará sola ¿Qué otra cosa cabe esperar de un mentiroso asesino de mujeres?

-Comstock…-susurró DeWitt con ira.

-Padre… profeta…- clamó Elisabeth- Seas lo que seas me voy a ir, y no podrás hacer nada por impedirlo.

-Mi dulce niña, en eso es en lo que te equivocas.

Se escuchó un enorme ruido metálico detrás de Booker, éste se giró y allí estaba, aquella criatura llamada Handyman, cuerpo robótico y cabeza humana, que exponían en las ferias. Aprovechó su mano llena de rayos para lanzar una corriente hacia él, pero para su sorpresa no se inmutó, es más, su cuerpo se llenó de rayos y al golpearle con su puño metálico le pegó un fuerte calambrazo.

-¡Booker! ¡Mira!- gritó Elisabeth señalando una especie de robot con la figura de Abraham Lincoln que empuñaba una ametralladora y parecía estar fijando a DeWitt.

Se lanzó encima del Handyman y abrazó su cabeza. El campo magnético lo mantuvo pegado a su cuerpo mientras el padre fundador le disparaba con una gatling. Todas las balas se quedaban retenidas en su espalda gracias al escudo. Entonces saltó hacia atrás y con un impulso de las manos dirigió todo el plomo que llevaba encima hacia la pequeña escotilla que llevaba el Handyman en el pecho por el cual podía verse su corazón. Con par de balas se rompió dejando caer un líquido poco espeso. Entonces aprovechó y utilizando Jinete Eléctrico arrojó una descarga hacia aquel fluido, electrocutando así el corazón de la máquina que cayó inerte en el suelo. Luego se equipó con posesión y haciendo parkour por las fachadas logró alcanzar al robot del Abraham Lincoln y poniéndole una mano encima lo cubrió con aquella llama verde, con lo cual lo controló para que fijase su propia cabeza como objetivo. Cuando aquella máquina se hubo volado los circuitos, volvió a donde estaba Elisabeth escondida, le extendió la mano para que se levantase y montaron en la cabina que ya había bajado y ella utilizó una horquilla de su pelo para abrir la puerta de mandos en la que DeWitt accionó la palanca para subir.

-Mientras estabas inconsciente en la playa repetías el nombre de una mujer… “Anna”.

-No quiero hablar de ese tema.

-Lo siento, no debería haber husmeado… Dime ¿De dónde eres, Booker?

-Nueva York.

-¿Y qué hiciste allí?

-Asuntos de este tipo, nada que se preste realmente a incluirlo en un currículum.

-Menos mal que apareciste justo cuando lo hiciste.

-¿Cómo te crees que acabé aquí? Aposté. Y ahora debo dinero a tipos con los que no me conviene estar en deuda. He venido a saldarla. Lo de rescatarte… ¿Por qué crees que ha sido? ¿Por caridad?

-¿Quién te ha enviado?

-Alguien que estaba dispuesto a ocuparse de mi deuda a cambio de ti.

Ella le dirigió una mirada furtiva, pero no dijo más porque ya habían llegado. Y ¿Cómo no? Otro ascensor. Dentro había un cartel con la marca AD.

-Vaya, pues parece que te llaman el falso pastor.

-Y a ti el cordero.

-Preferiría no tratarnos así.- reculó.

-Por mí bien- respondió guiñándole el ojo.

-¿Y cómo crees que sabían que vendrías aquí?

-Pues, o tienen un profeta de su parte…-insinuó seguido de la risa sarcástica de Elisabeth- O los que me contrataron les dieron las señales.

-¿Por qué?

-Ni idea…

Cuando el elevador se detuvo y las puertas se abrieron, quedó a la vista la puerta del dirigible Primera Dama. Una vez dentro, Booker, mirando el mapa, ajustó las coordenadas para dirigirse a París.

-¿Estás bien?- preguntó al ver preocupada a la joven.

-Quiero ver París. Y también quiero ver… todo.

-Bueno, eso es cosa tuya ahora, nadie te lo…

-Espera… ¿Qué es eso? Cuarenta norte por setenta y cuatro oeste. Eso no es París ¡Es Nueva York!- interrumpió Elisabeth mirando las coordenadas que Booker marcaba.

-¿Cómo sabes eso?

-Si algo que tenía en la torre era tiempo, DeWitt, tiempo para estudiar cosas como geografía.

-Debía dinero, y había un tipo que me ofreció liquidar mi deuda a cambio de ti.

Ella comenzó a llorar y de espaldas a Booker.

-Vamos, eh, no llores. Todo va a salir bien, date la vuelta y habla conmigo.

La chica detuvo su llanto, y con un movimiento rápido le golpeó en la cabeza con una llave inglesa que había encima de la mesa de controles. Él cayó al suelo inconsciente.

lunes, 3 de febrero de 2014

Bioshock Infinite (Parte 9)

-No, no puede ser…

-Lo que quiere es que sigas sus pasos.

-¡Y yo quiero un perrito, pero eso no quiere decir que lo tendré!

Elisabeth corrió hacia la puerta y la abrió de golpe entrando en una sala de suvenires llena de armamento. En el suelo había huellas de sangre.

-¿Ves Booker? Quizás seas el hombre que recuerdo. O quizás no. No importa. Comstock tomó nuestras historias y les suprimió nuestra alma ¡Borró mi puto nombre! Ahora viene a por mí, y cuando yo no esté no quedará más que la mentira- gritó Slate por los altavoces.

-¡Danos lo que vinimos buscando!

DeWitt siguió las huellas y entró en un pequeño almacén. Había cadáveres apilados sobre una caja con el emblema de Jinete Eléctrico. Él los saqueó y los apartó para poder abrir el baúl. Estaba vacío.

-Han saqueado todo el lugar, ya no queda Jinete Eléctrico.

-Se lo habrá llevado Slate… ¡Mira!- gritó Elisabeth señalando una pequeña compuerta detrás de una caja fuerte.

Él la abrió y entró empuñando una carabina que encontró en el suelo, la chica le siguió. Llegaron a un jardín con trincheras por todas partes, parecía que había sido un campo de batalla un rato antes. En el cielo comenzaron a verse dirigibles a motor que se situaron rápido encima del descubierto. Con las luces de éstos pudo verse en una pared, escrito con sangre, la frase “Merecemos un soldado muerto”.

-¿Qué es eso?

-Los navíos de Comstock. Vienen a por Slate.

- ¡Fue Slate quien mató en Wounded Knee por su país! ¡Fue Slate quien asaltó las puertas de Pekín! ¡Slate!- se oyó por la megafonía.

-¡Slate!

-  Ya viene Comstock, Booker. Pero nuestras vidas no le bastarán ¡No! No descansará hasta que nos convierta en hojalata ¡Pero no se lo permitiré! Ya me ha robado mi pasado ¡No me arrebatará nada más!

-Danos el puto vigorizador ¡No hace falta esto!

-¡Os aguarda una muerte de soldado, chicos!

 Una figura iluminada apareció de la nada en el centro del jardín y arrojó un proyectil de algo que parecía ser Jinete Eléctrico hacia Booker, el cual pegó un salto hacia un lado y lo esquivó. Entonces, de todos lados comenzaron a salir soldados  los cuales fue eliminando uno por uno con ayuda de los vigorizadores y su carabina. Era un caos, el hombre eléctrico despareció entre la multitud para evitar a los cuervos devoradores de ojos que se materializaban de las manos de su enemigo. Cuando hubo acabado con todos ellos continuó recorriendo los pasillos del museo acompañado de Elisabeth que había aguantado la pelea entrando y saliendo de desgarros, en los cuales cerraba cuando alguno de los soldados intentaba entrar, amputándole así algún miembro, la cabeza a poder ser.  La caminata les llevó a un pasillo protagonizado por una estatua del profeta con una enorme puerta blanca al final. La chica se acercó corriendo y la abrió, dejando a la vista una fuente con un cadáver tirado encima. Éste tenía en la mano una botella de Jinete Eléctrico. El viajero fue a agarrarla, pero cuando lo tenía a unos milímetros el “muerto” levantó una mano.

-¡Esto no ha terminado, soldado! ¡Termínate todo lo que hay en tu plato!-gritó Slate dejando a ver su rostro al mirar hacia Booker extendiendo una pistola Mauser- ¡Termínalo! ¡Acaba conmigo!

Sí, estaba pidiendo que le matase. Su cuerpo anciano no había aguantado el Jinete Eléctrico. DeWitt agarró el arma y la arrojó al suelo.

-¡Hombre de hojalata! ¡Vas a acabar igual que todos!

Se agachó, cogió la botella y bebió las últimas gotas. Entonces todo se volvió azul, de todos lados comenzaron a salir rayos morados que impactaban contra sus manos y se solidificaban creando pequeñas rocas violetas que rodearon sus extremidades. Cuando desapareció la electricidad de su alrededor, las piedras intercambiaban ondas eléctricas y formaban chispas al impactar. Booker llevó su índice a la palma de la mano para activar Posesión y acabar con todo ese jaleo.

-¡Menuda pasada!

-Le has perdonado la vida…

-No ha sido un favor, los hombre de Comstock se lo llevarán.

-¿Alguna vez te acostumbras? A matar digo…

-Más rápido de lo que te imaginas…

Continuaron andando por las galerías del museo buscando la salida, que no debía estar muy lejos. La chica parecía querer decir algo, pero no se atrevía.

-Boker…

-¿Qué pasa?

-Veo… veo que te molesta lo que dijo Slate…- dijo en voz baja- Me has demostrado que a veces hay que hacer lo necesario para sobrevivir.

-Una cosa es matar para sobrevivir, y otra muy diferente es disfrutar con ello…

-Booker…

-Mira, pareces una persona decente. Dicho esto, cuanto menos sepas de mí, tanto mejor.


(Y aquí  da por terminada la primera hora de juego, os agradecería mucho  que os pasaseis por los comentarios a decirme qué tal os ha parecido. De esta forma me motivaría bastante a seguir escribiendo esta saga que tanto os gusta. Un saludo a todos)

sábado, 1 de febrero de 2014

Hora de reirse un poco con Tiparraco

Hola amigos y familiares ¿Qué tal estamos? Espero que bien.
Como veis, estamos a punto de llegar a las 50 entradas en el blog, y por lo tanto tendré que hacer algo especial para conmemorarlo, y por ello voy a cambiar la temática de la página por un momento.
Como bien sabemos, hay una página que está haciendo girar las redes sociales al rededor suyo, esta página es YouTube. Una comunidad donde cada uno puede subir vídeos de cualquier tipo de contenido para el disfrute de los demás. Creo que todos sabemos que es Youtube, así que vamos al grano. Hace un tiempo tuve la oportunidad de conocer a un "youtuber" que vale la pena (con ello me refiero a variedad y talento) y que vivía en Zaragoza. Su nombre es TiparracoSA, se dedica a hacer bromas de cámara oculta, algo que me fascina tanto por lo que me río como por los huevos, con perdón, que hay que tener para hacer este tipo de vídeos, dado que la reacción de la gente no siempre es la que se desea.
Y dado que siempre me decís que escribo cosas muy macabras y podría dedicarme a repartir un poco de humor, os traigo aquí un vídeo de este hombre con el que tenéis risas aseguradas. Os animo a que lo veáis, paséis por su canal y os suscribáis dado que no tiene pérdida. También quiero agradecerle que me dejase hacer esta entrada en el blog. Un saludo a todos, y disfrutad.

martes, 28 de enero de 2014

I Exposición fotográfica

Hola a todos mis lectores habituales y a los nuevos también. Ya sabéis que el blog está dedicado exclusivamente a mis relatos o los de mis compañeros, reflexiones o cosillas que quiero compartir con vosotros por escrito.
Pero he decidido hacer una excepción esta vez para traeros una exposición de fotos que han hecho unas amigas mías que he conocido a través de Twitter. Ellas son Ariadna y Luisa. También he incluido algunas fotos mías que presenté como trabajo de fotografía en mi clase de cultura audiovisual.

Comencemos con las mías (lo peor para el principio jajaja)























































Ahora vamos con las de Luisa, os dejo aquí su Twitter por si queréis hacerle algún comentario en particular.

@Bodqqqa





































Y por último, pero no menos importante, las de Ari, también os dejo su Twitter y su blog, el cual irá dedicado a la fotografía.

@AriaddnaPs

















domingo, 26 de enero de 2014

Moderna.

Siempre me educaron con el lema de "A las chicas no se les pega" y así fue. Raquel y yo fuimos felices durante años, incluso después de casarnos seguíamos dando ejemplo de pareja. Pero todo se torció. Ella empezó a comportarse como una loca. No cocinaba, no planchaba, no limpiaba y mucho menos hacía los recados. Cuando me quejaba por algo me gritaba y se ponía a llorar acusándome de machista. Luego empezó a montarla por cualquier cosa en público. Me humillaba delante de todo el mundo, y si llegaba a contestarle, a llorar de nuevo. Después aprendió que podría pegarme sin que yo hiciese nada. Lo hacía en todos lados y siempre que me negaba a hacer lo que ella quisiera. Mujer moderna, así se definía a sí misma. Ayer se tropezó mientras hacía ejercicio y se hizo una moradura al lado del ojo. A ver cuando llega mi abogado. Nadie me va a creer. Que dolor de cabeza. Agente ¿Tiene un bote de pastillas?

viernes, 24 de enero de 2014

Reflexión II

Todos estamos de acuerdo en que somos lo que nos rodea, pero ¿Significa esto que el resto de la gente es la que determina nuestra forma de ser? ¿Quién determina la suya? Nosotros ¿Quienes somos nosotros? Tú, él, yo, todos. Pero si "todos" no excluye a nadie ¿De quién es la vida que determinamos? ¿O no es una vida? Quizás nos ocupamos de crear lo que nos rodea, desde el color del sofá hasta el perfume de moda ¿Necesitamos todo lo inanimado para ser como somos? Necesitamos a la gente que nos rodea y ella nos necesita a nosotros ¿Qué diferencia a las personas de los seres inanimados? ¿El alma? ¿Qué es el alma? ¿Nuestra forma de ser? ¿Qué determina nuestra forma de ser? Las opiniones del resto, llevadas por nuestra educación. Entonces ¿El alma depende de quien nos educa? ¿Y quién lo hace? Todos ¿Según qué? Según lo que ellos crean ¿Y de qué dependen sus creencias? ¿De dónde ha salido el estereotipo de vida que cada uno tiene? ¿Quién fue el primero en decidir lo que estaba bien y lo que estaba mal? ¿Según qué?

jueves, 16 de enero de 2014

"Hiperactividad creativa" por QuillRain49

Aquí os presento a una chica que he encontrado esta tarde por Twitter gracias a Tomás y a Sara, como siempre. Lleva un blog con una amiga, con la que no he contactado aún, pero espero hacerlo. Con suerte junto con Títere y Harmonia podamos crear un círculo de bloggers. Os dejo aquí la dirección de su blog, que por cierto, me hace mucha gracia JAJAJA

bajoelcolchondelunicrino.blogspot.com.es/


Un término que acabo de inventarme para definir algo que suele pasarme a menudo, y supongo que a vosotros también. A ver, yo llamo hiperactividad creativa a esos momentos en los que de pronto te llegan las musas, por decirlo de alguna forma en realidad. Sí, que estás tú tan tranquilo/a y de pronto no puedes estarte quieto/a. Lo mismo no te ha venido ni siquiera una idea, lo único que sabes es que 'estás en vena', y que si te pones ahora a hacer cualquier cosa, vas a conseguir crear algo.
Ojo, que esto es genial cuando no estás en clase y/o tienes tiempo para dedicarte a cualquier actividad artística que te plazca, pero si te coge de madrugada ya no lo es tanto. Es decir, ¿sabéis de esas veces que os despertáis de pronto y os entrahiperactividad creativa? Y claro, supongamos que tus padres duermen en la habitación de al lado y lo mismo compartes cuarto con algún hermano... lalala. El caso es que empiezas a dar vueltas en tu cama intentando suprimir las ganas de levantarte y expresar lo que el impulso éste te pide. Y obviamente tú no quieres dejarlo pasar, pero no es plan de despertar a tu familia. Sin embargo, la hiperactividad creativa es superior a tus fuerzas el 99% de las veces. Total, que te levantas de la cama intentando hacer el menor ruido posible, enciendes una lucecita, coges lo que sea que necesites (un cuaderno y un boli normalmente en mi caso) y... ¡FULANITO! (Que pongo Fulanito más que nada porque no sé cómo te llamas, lector mío. Pero en realidad ahí iría tu nombre, ya me entiendes) ¿QUÉ HACES DESPIERTO/A A ESTAS HORAS? ¡ES MUY TARDE PARA *inserte aquí la actividad creativa que estés realizando* !
A veces, también pueden soltar un 'Estás loco/a'. Si lo hacen, no te asustes, porque aunque la mayoría de personas sean incapaces de comprender esas ganas de hacer cosas y crear, eso no significa que estés mal de la cabeza. Seguramente estés más cuerdo, porque eres capaz de expresarte. O lo mismo no, y tú y yo estamos majaras. Realmente me importa poco, aunque prefiero pensar que no estoy loca, es una manía que tengo, llámala como quieras.
Y eso, ahora que os he explicado lo que significa la 'hiperactividad creativa', no sé por qué sigo escribiendo. Así que me despido por hoy, queridos lectores que casualmente habéis llegado hasta aquí.

Tigresa.

Hay cosas que no se pueden hacer cuando te deja tu novia, como paracaidismo sin guía o acrobacias en moto. Y mirad que hay posibilidades si trabajas en un circo y la que corta contigo es tu novia acróbata para irse con el mago ¿Quién inventó la magia? Es que hay que ser subnormal. Una noche de espectáculo es el peor momento para no andar en tus cabales, aunque nadie de los actores está muy cuerdo, si tu número es el más peligroso del circo tienes que tener la cabeza bien despejada. Si, soy domador de tigres. Bueno, lo era. La jaula estaba abierta.

miércoles, 15 de enero de 2014

Colgado.

Nunca me dijo que no a la hora de pedirle una cita, pero no se presentaba a ninguna. La quería, la quería demasiado. Al principio pensaba que me dejaba colgado porque se le olvidaba venir, pero no ponía excusas, solo se disculpaba. Entonces pensé que en realidad no quería salir conmigo y empecé a darle matarme la cabeza con ello. Cada vez estaba más enamorado. Pero ya me han dicho lo que pasaba. Sus amigas le daban diez euros cada vez que me dejaba tirado, es más, miraban desde lejos a ver la cara que se me quedaba a fin de reírse de mí. He vuelto a caer, otra vez me he quedado colgado, pero esta vez no ha sido ella, he sido yo.

martes, 14 de enero de 2014

Reflexión I

Todos sabemos lo que ocurre en el mundo, estamos sumidos en una crisis bastante grande y hay gente que realmente lo está pasando mal, esto espero que lo entendáis. Pero ¿Qué hacéis al respecto? Yo contesto: NADA. Cosa que tampoco es nada nuevo. últimamente se ha puesto de moda quejarse de esto sin tomar medida alguna, puro parloteo. Pongamos un ejemplo real:
Lunes 13 de enero, entrega del Balón de Oro a Cristiano Ronaldo, cierto es que se trata de una persona bastante adinerada. Una chica twittea lo siguiente "Vosotros mirando como le entregan una pelota de varios kilos de oro a un tío que le sobra y mientras tanto hay niños muriéndose de hambre". Tiene mucha razón, no miente en ello y no deberíamos sentirnos orgullosos de saberlo. Pero ¿Quién es esta chica para decir esto? Que mientras esos niños se mueren de hambre ella está twitteando sobre ellos, siendo que podría estar ayudando como voluntaria en algún comedor social. Y es aplicable en todos los casos en los que la población ofrece quejas.
¿No te gusta el sistema político actual? Pues apaga la tele en la que estás viendo Gandía Shore, sal a la calle y manifiéstate.
¿No te gusta la reforma educativa de Wert y en tu instituto se hace huelga semanalmente? Levántate de la cama, y vete a la plaza de tu ciudad a armar jaleo.
Pero no, que va, si decir esto no sirve de nada, estáis más preocupados de subir a Instagram fotos de vuestros botes de Nutella.
Quiero remarcar, para los que me conocen, que no comparto ninguna de las ideas que describo en este texto y son simplemente ejemplos de la gente de las redes sociales.

El mundo se pudre, y la sociedad con él.
Hipócritas.

lunes, 13 de enero de 2014

Fiesta.

Menuda fiesta. Hombres, mujeres y niños saltando, rodando y, sobre todo, gritando. Mi vecino y su traje brillante atravesaban la calle dejando una estela de calor por donde pasaban. Los chavales que hacían botellón en mi jardín salían de sus casas cubiertos de alcohol y preparados para disfrutar. La gente saltaba por las ventanas consumiéndose en sus propios pecados. Inmortales en su conciencia. Disfrutaban de la fiesta que yo mismo les había montado. El único que no salió. Me acurruqué en el sofá, junto a mi perro Nerón a esperar a que llegaseis vosotros. Ahora hacedme el favor, quitadme esta camisa, dadme un mechero y que comience la fiesta.

viernes, 10 de enero de 2014

Bioshock Infinite (Parte 8)

Justo cuando el pájaro estaba a punto de entrar en el ascensor, Elisabeth con un rápido movimiento del brazo derecho logró cerrar el desgarro. Ambos se quedaron pegados a la puerta del ascensor durante unos segundos hasta que Booker se decidió a hablar.

-No acabo de entender muy bien lo que he visto ahí pero, desde luego, me parece un atajo perfecto para acabar muertos.

-Yo podría ayudarte- respondió la chica cuando el ascensor se abrió- puedo abrir desgarros mientras tú peleas, podría parar balas o incluso hacer aparecer cosas.

-Podría apañarme con lo que saliese...

-En fin, como quieras, supongo.

Salieron del elevador y se encontraron con un pequeño descansillo con dos escaleras que llevaban a un hall que podían ver desde un balconcillo. Había en el medio de la sala una estatua enorme del profeta, Elisabeth se apresuró a leer la inscripción que había en la placa del monumento.

-"Nuestro profeta, padre Comstock, comandante del 7º de caballería"

-Ese tío nunca dirigió el 7º, diablos, ni siquiera recuerdo haberlo visto allí- maldijo él haciendo alarde de su experiencia como soldado.

-El cabo DeWitt demostró allí su valía en el campo de batalla- se escuchó por la megafonía, al parecer estaban en un museo.

-Vaya... ¿Slate? ¿Eres tú?

-Siempre has sido distinto ¿Verdad? ¿Booker? No buscas la gloria.

-Mira, veo que estás metido en un buen aprieto, así que si no te importa dejarnos pasar hasta donde guardan el Jinete Eléctrico, segui...

-¡Ese soldado de hojalata quiere a mis chicos muertos!- le interrumpió la voz- ¡No moriremos a sus manos!

-Elisabeth, ten cuidado, creo que vamos a tener problemas...

-¡A mis chicos les queda elegir morir a manos de un soldado de hojalata o uno de verdad!

-¡Booker, toma!- gritó la chica arrojándole una botella.

Se escucharon ruidos de puertas abriéndose, así que abrió la bebida y comenzó a beber.De repente, sus manos comenzaron a despellejarse, la piel se le caía a tiras, pero no sentía ningún dolor, ni tampoco sentía lo que estaba ocurriendo. Era como una especie de alucinación.
Un hombre con una espada de mosquete se lanzó contra él, y con un movimiento rápido de su mano izquierda arrojó al hombre contra una pared y éste se partió el cuello al impactar. No tardaron en aparecer más tíos iguales. Elisabeth se había escondido detrás de una papelera, donde podía contemplar como Booker alternaba sus poderes, poniendo soldados de su parte, convirtiéndolos en hogueras humanas, lanzando cuervos devoradores de ojos y devolviendo todas las balas que le disparaban con simples movimientos de sus dedos.
Cuando hubo acabado con todos, corrieron a través de la primera puerta que se había abierto. Ella estaba temblando.
Poco tardaron en llegar a una pequeña exposición con decorados chinos cubiertos por nieve.

-¿Qué es esto?- preguntó Elisabeth.

-Rebelión de los boxers.

-¿Qué sucedió allí?

-¿En Pekín? Fui yo quien prendió fuego la ciudad- contestó Slater por los altavoces.- Naturalmente no es así como lo cuenta Comstock.

Continuaron andando por la exhibición con decorados asiáticos que de vez en cuando saltaban para intentar asustar al espectador.

-Espera... Yo he leído sobre esto.-anunció Elisabeth cuando llegaron al fin de la exhibición- Comstock llevó a las tropas de Columbia a Pekín y...

-¡Comstock no estaba allí!- gritó Slater- ¡Los boxers se llevaron mi ojo y a treinta amigos míos! Ni siquiera una placa recuerda su sacrificio.

Se repitió la misma escena de antes, comenzaron a salir hombres con espadas de todas las puertas y DeWitt fue matándolos uno por uno, salvo que esta vez había algo nuevo, un hombre, subido a una especie de torre, empuñaba un arma que lanzaba bolas de fuego como las que lanzaba Booker con Beso del Diablo. No le supuso problema, dado que cada vez que los cuervos se suicidaban contra ellas antes de que lograsen golpearle.
Cuando hubo acabado, Slater comenzó a hablar de nuevo.

-¿Ves jovencita? ¡Observa el hombre que a Comstock le gustaría ser? ¡Un soldado de verdad!


-No quiero hacer esto Slate, dame lo que necesito.

-Eso haré, en cuanto hagas los mismo por mi. Ven a buscarme entre los nativos.

-¿Quienes son los nativos?-preguntó Elisabeth que se había dedicado a robar los cadáveres.

-Wounded Knee, quiere que vayamos a la otra exposición.

-¿Oyes como vienen los soldados de hojalata de Comstock a silenciarlos? Pero somos los auténticos patriotas, la historia que no encaja en sus libros. El soldado de hojalata se adjudicó el mérito de los de verdad. Tu acompañante, jovencita, se cubrió de gloria el  29 de diciembre de mil ochocientos noventa.

Habían entrado en la exposición de la que Slater había hablado, estaba decorado con indios de cartón por todos lados y luces rojas y naranjas.

-¿Qué quiere decir?- preguntó Elisabeth.

-No quieres saberlo.

-Estuviste allí... en Wounded Knee, se te puede ver en la cara.

-¡Díselo Booker!- gritaba Slater por los altavoces- ¡Cuéntale como recorrimos ese campo de batalla como los héroes de esparta! Aún oigo los gritos ¿Lo hará Comstock? ¡Es el soldado del que os hablé! El tipo que Comstock finge ser ¡Comprobad si decía la verdad!

De una puerta que había al fondo del pasillo salió una oleada de hombre que corrían hacia él.  DeWitt hizo un fuerte movimiento con el brazo y los arrojó contra una pared, y nada más hacerlo le arrojó una bola de fuego que carbonizó a la mayoría mientras el resto se retorcía de dolor en el suelo. Pero no había acabado ¿Recordáis tras conseguir el escudo repulsor? Aquel bicho que le atacó con el vigorizador de los cuervos. Allí estaba de nuevo, se movía de un lado a otro de la exposición entre bandadas de cuervos negros como el azabache.
En cuanto lo tuvo a tiro lo levantó en el aire y abriendo rápidamente la mano desprendió de él sus extremidades.

-Les hiciste un favor, Booker, les hiciste morir como hombres- agradeció Slater por megafonía.

-¡Yo no pedí esto! ¡No tengo nada contra esos hombres!

-Los héroes nunca piden.

-¡Nunca dije ser un héroe!

-¿Quién eres entonces? Si quitas todas las partes de Booker DeWitt que intentaste borrar ¿Qué queda? Ven al monumento a la primera dama, casi hemos acabado.

Se encaminaron hacia donde había dicho Slater, una sala llena de velas con un montón de fotos de una mujer vestida de azul.

-Ya has visto lo que ha hecho Comstock con mi historia, ahora mira como ha rescrito él la suya.

Al ver que ya no decía nada más, lo interpretaron como que debían seguir su trayecto. Llegaron a una plazoleta con una fuente, estaba decorada con una estatua de una mujer sujetando a un bebé en brazos. Elisabeth se dispuso a leer la inscripción.

-"La progenie del profeta estuvo más que una semana en el vientre  de nuestra señora."- leyó en voz alta- ¡Comstock tuvo descendencia! Mis libros no mencionaban nada al respecto.

-Es una omisión importante, no puede ser simple casualidad.

-"Pero el hijo enfermo, y nuestra señora rezó día y noche por el heredero del profeta"

No comentaron esta cita y continuaron avanzando hasta llegar a otra estatua con la figura del profeta, la cual comenzó a hablar.

-¡Aunque Daisy Flitzroy asesinó a mi amada no tendrá a la niña! ¡No se interpondrá entre ella y la profecía! La progenie del profeta se sentará en el trono y bañará en llamas las montañas del hombre.

-Soy... soy...

-Eres la hija de Comstock.



miércoles, 8 de enero de 2014

Venganza.

¿Sabéis lo que se siente cuando toda tu vida se desmorona en un día? Mi mujer me ha dejado por su monitor de gimnasia, de película va la cosa. El ex-novio tatuado y lleno de argollas de mi hija ha pintado un precioso pene en la pared de mi casa. Mi jefe me ha ridiculizado delante de toda la oficina para acabar despidiéndome. Y para colmo me van a poner una multa por exceso de velocidad. Vamos los cuatro hacia el puerto. Espero que al policía no se lo ocurra abrir el maletero.