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lunes, 3 de febrero de 2014

Bioshock Infinite (Parte 9)

-No, no puede ser…

-Lo que quiere es que sigas sus pasos.

-¡Y yo quiero un perrito, pero eso no quiere decir que lo tendré!

Elisabeth corrió hacia la puerta y la abrió de golpe entrando en una sala de suvenires llena de armamento. En el suelo había huellas de sangre.

-¿Ves Booker? Quizás seas el hombre que recuerdo. O quizás no. No importa. Comstock tomó nuestras historias y les suprimió nuestra alma ¡Borró mi puto nombre! Ahora viene a por mí, y cuando yo no esté no quedará más que la mentira- gritó Slate por los altavoces.

-¡Danos lo que vinimos buscando!

DeWitt siguió las huellas y entró en un pequeño almacén. Había cadáveres apilados sobre una caja con el emblema de Jinete Eléctrico. Él los saqueó y los apartó para poder abrir el baúl. Estaba vacío.

-Han saqueado todo el lugar, ya no queda Jinete Eléctrico.

-Se lo habrá llevado Slate… ¡Mira!- gritó Elisabeth señalando una pequeña compuerta detrás de una caja fuerte.

Él la abrió y entró empuñando una carabina que encontró en el suelo, la chica le siguió. Llegaron a un jardín con trincheras por todas partes, parecía que había sido un campo de batalla un rato antes. En el cielo comenzaron a verse dirigibles a motor que se situaron rápido encima del descubierto. Con las luces de éstos pudo verse en una pared, escrito con sangre, la frase “Merecemos un soldado muerto”.

-¿Qué es eso?

-Los navíos de Comstock. Vienen a por Slate.

- ¡Fue Slate quien mató en Wounded Knee por su país! ¡Fue Slate quien asaltó las puertas de Pekín! ¡Slate!- se oyó por la megafonía.

-¡Slate!

-  Ya viene Comstock, Booker. Pero nuestras vidas no le bastarán ¡No! No descansará hasta que nos convierta en hojalata ¡Pero no se lo permitiré! Ya me ha robado mi pasado ¡No me arrebatará nada más!

-Danos el puto vigorizador ¡No hace falta esto!

-¡Os aguarda una muerte de soldado, chicos!

 Una figura iluminada apareció de la nada en el centro del jardín y arrojó un proyectil de algo que parecía ser Jinete Eléctrico hacia Booker, el cual pegó un salto hacia un lado y lo esquivó. Entonces, de todos lados comenzaron a salir soldados  los cuales fue eliminando uno por uno con ayuda de los vigorizadores y su carabina. Era un caos, el hombre eléctrico despareció entre la multitud para evitar a los cuervos devoradores de ojos que se materializaban de las manos de su enemigo. Cuando hubo acabado con todos ellos continuó recorriendo los pasillos del museo acompañado de Elisabeth que había aguantado la pelea entrando y saliendo de desgarros, en los cuales cerraba cuando alguno de los soldados intentaba entrar, amputándole así algún miembro, la cabeza a poder ser.  La caminata les llevó a un pasillo protagonizado por una estatua del profeta con una enorme puerta blanca al final. La chica se acercó corriendo y la abrió, dejando a la vista una fuente con un cadáver tirado encima. Éste tenía en la mano una botella de Jinete Eléctrico. El viajero fue a agarrarla, pero cuando lo tenía a unos milímetros el “muerto” levantó una mano.

-¡Esto no ha terminado, soldado! ¡Termínate todo lo que hay en tu plato!-gritó Slate dejando a ver su rostro al mirar hacia Booker extendiendo una pistola Mauser- ¡Termínalo! ¡Acaba conmigo!

Sí, estaba pidiendo que le matase. Su cuerpo anciano no había aguantado el Jinete Eléctrico. DeWitt agarró el arma y la arrojó al suelo.

-¡Hombre de hojalata! ¡Vas a acabar igual que todos!

Se agachó, cogió la botella y bebió las últimas gotas. Entonces todo se volvió azul, de todos lados comenzaron a salir rayos morados que impactaban contra sus manos y se solidificaban creando pequeñas rocas violetas que rodearon sus extremidades. Cuando desapareció la electricidad de su alrededor, las piedras intercambiaban ondas eléctricas y formaban chispas al impactar. Booker llevó su índice a la palma de la mano para activar Posesión y acabar con todo ese jaleo.

-¡Menuda pasada!

-Le has perdonado la vida…

-No ha sido un favor, los hombre de Comstock se lo llevarán.

-¿Alguna vez te acostumbras? A matar digo…

-Más rápido de lo que te imaginas…

Continuaron andando por las galerías del museo buscando la salida, que no debía estar muy lejos. La chica parecía querer decir algo, pero no se atrevía.

-Boker…

-¿Qué pasa?

-Veo… veo que te molesta lo que dijo Slate…- dijo en voz baja- Me has demostrado que a veces hay que hacer lo necesario para sobrevivir.

-Una cosa es matar para sobrevivir, y otra muy diferente es disfrutar con ello…

-Booker…

-Mira, pareces una persona decente. Dicho esto, cuanto menos sepas de mí, tanto mejor.


(Y aquí  da por terminada la primera hora de juego, os agradecería mucho  que os pasaseis por los comentarios a decirme qué tal os ha parecido. De esta forma me motivaría bastante a seguir escribiendo esta saga que tanto os gusta. Un saludo a todos)

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