¿Qué pasa gente? Aquí os dejo el blog donde iré subiendo los relatos que escriba sin ningún intervalo de tiempo concreto. Si os gusta os podéis pasar por los comentarios os hacérmelo saber en el mail que dejaré a continuación, y si no os gusta también, para ayudarme a mejorar. Muchas gracias por estar aquí y espero que os guste
Información adicional
martes, 28 de enero de 2014
I Exposición fotográfica
domingo, 26 de enero de 2014
Moderna.
viernes, 24 de enero de 2014
Reflexión II
jueves, 16 de enero de 2014
"Hiperactividad creativa" por QuillRain49
Ojo, que esto es genial cuando no estás en clase y/o tienes tiempo para dedicarte a cualquier actividad artística que te plazca, pero si te coge de madrugada ya no lo es tanto. Es decir, ¿sabéis de esas veces que os despertáis de pronto y os entrahiperactividad creativa? Y claro, supongamos que tus padres duermen en la habitación de al lado y lo mismo compartes cuarto con algún hermano... lalala. El caso es que empiezas a dar vueltas en tu cama intentando suprimir las ganas de levantarte y expresar lo que el impulso éste te pide. Y obviamente tú no quieres dejarlo pasar, pero no es plan de despertar a tu familia. Sin embargo, la hiperactividad creativa es superior a tus fuerzas el 99% de las veces. Total, que te levantas de la cama intentando hacer el menor ruido posible, enciendes una lucecita, coges lo que sea que necesites (un cuaderno y un boli normalmente en mi caso) y... ¡FULANITO! (Que pongo Fulanito más que nada porque no sé cómo te llamas, lector mío. Pero en realidad ahí iría tu nombre, ya me entiendes) ¿QUÉ HACES DESPIERTO/A A ESTAS HORAS? ¡ES MUY TARDE PARA *inserte aquí la actividad creativa que estés realizando* !
A veces, también pueden soltar un 'Estás loco/a'. Si lo hacen, no te asustes, porque aunque la mayoría de personas sean incapaces de comprender esas ganas de hacer cosas y crear, eso no significa que estés mal de la cabeza. Seguramente estés más cuerdo, porque eres capaz de expresarte. O lo mismo no, y tú y yo estamos majaras. Realmente me importa poco, aunque prefiero pensar que no estoy loca, es una manía que tengo, llámala como quieras.
Y eso, ahora que os he explicado lo que significa la 'hiperactividad creativa', no sé por qué sigo escribiendo. Así que me despido por hoy, queridos lectores que casualmente habéis llegado hasta aquí.
Tigresa.
miércoles, 15 de enero de 2014
Colgado.
martes, 14 de enero de 2014
Reflexión I
Lunes 13 de enero, entrega del Balón de Oro a Cristiano Ronaldo, cierto es que se trata de una persona bastante adinerada. Una chica twittea lo siguiente "Vosotros mirando como le entregan una pelota de varios kilos de oro a un tío que le sobra y mientras tanto hay niños muriéndose de hambre". Tiene mucha razón, no miente en ello y no deberíamos sentirnos orgullosos de saberlo. Pero ¿Quién es esta chica para decir esto? Que mientras esos niños se mueren de hambre ella está twitteando sobre ellos, siendo que podría estar ayudando como voluntaria en algún comedor social. Y es aplicable en todos los casos en los que la población ofrece quejas.
¿No te gusta el sistema político actual? Pues apaga la tele en la que estás viendo Gandía Shore, sal a la calle y manifiéstate.
¿No te gusta la reforma educativa de Wert y en tu instituto se hace huelga semanalmente? Levántate de la cama, y vete a la plaza de tu ciudad a armar jaleo.
Pero no, que va, si decir esto no sirve de nada, estáis más preocupados de subir a Instagram fotos de vuestros botes de Nutella.
Quiero remarcar, para los que me conocen, que no comparto ninguna de las ideas que describo en este texto y son simplemente ejemplos de la gente de las redes sociales.
El mundo se pudre, y la sociedad con él.
Hipócritas.
lunes, 13 de enero de 2014
Fiesta.
Menuda fiesta. Hombres, mujeres y niños saltando, rodando y, sobre todo, gritando. Mi vecino y su traje brillante atravesaban la calle dejando una estela de calor por donde pasaban. Los chavales que hacían botellón en mi jardín salían de sus casas cubiertos de alcohol y preparados para disfrutar. La gente saltaba por las ventanas consumiéndose en sus propios pecados. Inmortales en su conciencia. Disfrutaban de la fiesta que yo mismo les había montado. El único que no salió. Me acurruqué en el sofá, junto a mi perro Nerón a esperar a que llegaseis vosotros. Ahora hacedme el favor, quitadme esta camisa, dadme un mechero y que comience la fiesta.
viernes, 10 de enero de 2014
Bioshock Infinite (Parte 8)
-No acabo de entender muy bien lo que he visto ahí pero, desde luego, me parece un atajo perfecto para acabar muertos.
-Yo podría ayudarte- respondió la chica cuando el ascensor se abrió- puedo abrir desgarros mientras tú peleas, podría parar balas o incluso hacer aparecer cosas.
-Podría apañarme con lo que saliese...
-En fin, como quieras, supongo.
Salieron del elevador y se encontraron con un pequeño descansillo con dos escaleras que llevaban a un hall que podían ver desde un balconcillo. Había en el medio de la sala una estatua enorme del profeta, Elisabeth se apresuró a leer la inscripción que había en la placa del monumento.
-"Nuestro profeta, padre Comstock, comandante del 7º de caballería"
-Ese tío nunca dirigió el 7º, diablos, ni siquiera recuerdo haberlo visto allí- maldijo él haciendo alarde de su experiencia como soldado.
-El cabo DeWitt demostró allí su valía en el campo de batalla- se escuchó por la megafonía, al parecer estaban en un museo.
-Vaya... ¿Slate? ¿Eres tú?
-Siempre has sido distinto ¿Verdad? ¿Booker? No buscas la gloria.
-Mira, veo que estás metido en un buen aprieto, así que si no te importa dejarnos pasar hasta donde guardan el Jinete Eléctrico, segui...
-¡Ese soldado de hojalata quiere a mis chicos muertos!- le interrumpió la voz- ¡No moriremos a sus manos!
-Elisabeth, ten cuidado, creo que vamos a tener problemas...
-¡A mis chicos les queda elegir morir a manos de un soldado de hojalata o uno de verdad!
-¡Booker, toma!- gritó la chica arrojándole una botella.
Se escucharon ruidos de puertas abriéndose, así que abrió la bebida y comenzó a beber.De repente, sus manos comenzaron a despellejarse, la piel se le caía a tiras, pero no sentía ningún dolor, ni tampoco sentía lo que estaba ocurriendo. Era como una especie de alucinación.
Un hombre con una espada de mosquete se lanzó contra él, y con un movimiento rápido de su mano izquierda arrojó al hombre contra una pared y éste se partió el cuello al impactar. No tardaron en aparecer más tíos iguales. Elisabeth se había escondido detrás de una papelera, donde podía contemplar como Booker alternaba sus poderes, poniendo soldados de su parte, convirtiéndolos en hogueras humanas, lanzando cuervos devoradores de ojos y devolviendo todas las balas que le disparaban con simples movimientos de sus dedos.
Cuando hubo acabado con todos, corrieron a través de la primera puerta que se había abierto. Ella estaba temblando.
Poco tardaron en llegar a una pequeña exposición con decorados chinos cubiertos por nieve.
-¿Qué es esto?- preguntó Elisabeth.
-Rebelión de los boxers.
-¿Qué sucedió allí?
-¿En Pekín? Fui yo quien prendió fuego la ciudad- contestó Slater por los altavoces.- Naturalmente no es así como lo cuenta Comstock.
Continuaron andando por la exhibición con decorados asiáticos que de vez en cuando saltaban para intentar asustar al espectador.
-Espera... Yo he leído sobre esto.-anunció Elisabeth cuando llegaron al fin de la exhibición- Comstock llevó a las tropas de Columbia a Pekín y...
-¡Comstock no estaba allí!- gritó Slater- ¡Los boxers se llevaron mi ojo y a treinta amigos míos! Ni siquiera una placa recuerda su sacrificio.
Se repitió la misma escena de antes, comenzaron a salir hombres con espadas de todas las puertas y DeWitt fue matándolos uno por uno, salvo que esta vez había algo nuevo, un hombre, subido a una especie de torre, empuñaba un arma que lanzaba bolas de fuego como las que lanzaba Booker con Beso del Diablo. No le supuso problema, dado que cada vez que los cuervos se suicidaban contra ellas antes de que lograsen golpearle.
Cuando hubo acabado, Slater comenzó a hablar de nuevo.
-¿Ves jovencita? ¡Observa el hombre que a Comstock le gustaría ser? ¡Un soldado de verdad!
-No quiero hacer esto Slate, dame lo que necesito.
-Eso haré, en cuanto hagas los mismo por mi. Ven a buscarme entre los nativos.
-¿Quienes son los nativos?-preguntó Elisabeth que se había dedicado a robar los cadáveres.
-Wounded Knee, quiere que vayamos a la otra exposición.
-¿Oyes como vienen los soldados de hojalata de Comstock a silenciarlos? Pero somos los auténticos patriotas, la historia que no encaja en sus libros. El soldado de hojalata se adjudicó el mérito de los de verdad. Tu acompañante, jovencita, se cubrió de gloria el 29 de diciembre de mil ochocientos noventa.
Habían entrado en la exposición de la que Slater había hablado, estaba decorado con indios de cartón por todos lados y luces rojas y naranjas.
-¿Qué quiere decir?- preguntó Elisabeth.
-No quieres saberlo.
-Estuviste allí... en Wounded Knee, se te puede ver en la cara.
-¡Díselo Booker!- gritaba Slater por los altavoces- ¡Cuéntale como recorrimos ese campo de batalla como los héroes de esparta! Aún oigo los gritos ¿Lo hará Comstock? ¡Es el soldado del que os hablé! El tipo que Comstock finge ser ¡Comprobad si decía la verdad!
De una puerta que había al fondo del pasillo salió una oleada de hombre que corrían hacia él. DeWitt hizo un fuerte movimiento con el brazo y los arrojó contra una pared, y nada más hacerlo le arrojó una bola de fuego que carbonizó a la mayoría mientras el resto se retorcía de dolor en el suelo. Pero no había acabado ¿Recordáis tras conseguir el escudo repulsor? Aquel bicho que le atacó con el vigorizador de los cuervos. Allí estaba de nuevo, se movía de un lado a otro de la exposición entre bandadas de cuervos negros como el azabache.
En cuanto lo tuvo a tiro lo levantó en el aire y abriendo rápidamente la mano desprendió de él sus extremidades.
-Les hiciste un favor, Booker, les hiciste morir como hombres- agradeció Slater por megafonía.
-¡Yo no pedí esto! ¡No tengo nada contra esos hombres!
-Los héroes nunca piden.
-¡Nunca dije ser un héroe!
-¿Quién eres entonces? Si quitas todas las partes de Booker DeWitt que intentaste borrar ¿Qué queda? Ven al monumento a la primera dama, casi hemos acabado.
Se encaminaron hacia donde había dicho Slater, una sala llena de velas con un montón de fotos de una mujer vestida de azul.
-Ya has visto lo que ha hecho Comstock con mi historia, ahora mira como ha rescrito él la suya.
Al ver que ya no decía nada más, lo interpretaron como que debían seguir su trayecto. Llegaron a una plazoleta con una fuente, estaba decorada con una estatua de una mujer sujetando a un bebé en brazos. Elisabeth se dispuso a leer la inscripción.
-"La progenie del profeta estuvo más que una semana en el vientre de nuestra señora."- leyó en voz alta- ¡Comstock tuvo descendencia! Mis libros no mencionaban nada al respecto.
-Es una omisión importante, no puede ser simple casualidad.
-"Pero el hijo enfermo, y nuestra señora rezó día y noche por el heredero del profeta"
No comentaron esta cita y continuaron avanzando hasta llegar a otra estatua con la figura del profeta, la cual comenzó a hablar.
-¡Aunque Daisy Flitzroy asesinó a mi amada no tendrá a la niña! ¡No se interpondrá entre ella y la profecía! La progenie del profeta se sentará en el trono y bañará en llamas las montañas del hombre.
-Soy... soy...
-Eres la hija de Comstock.